Siempre hay días mejores que otros, días felices, días tristes, días en los que solo quieres gritar al mundo que estás ahí, días en los que te quieres bajar del mundo y desaparecer...
Pero esto no quiere decir que todos los días tuviesen que ser buenos, o que los días malos tengan que dejar de existir. Todos y cada uno de los días son especiales, bien porque ha pasado algo interesante, bien porque recordarás ese día como uno de los mejores de tu vida, bien porque has aprendido algo nuevo, ya sea con sufrimiento o sin él...
Puede ser que estemos tomando el camino incorrecto, pero para darnos cuenta es posible tener que caer mil veces, y levantarse una y otra vez para seguir adelante.
Podemos decir que estamos bien, fingir una sonrisa que todos se creen, pero la realidad y lo que el resto del mundo no sabe o no se da cuenta es que los problemas te asfixian.
Tratas de dar tu confianza a alguien, que te escuche o por lo que menos te comprenda, pero luego te decepcionas al darte cuenta de que es la persona equivocada y que no es esa persona a la que tienes que dar tu confianza.
A todos nos sucede, pero unos son capaces de superarlo con rápidez, y a otros les cuesta salir de la decepción... Pero siempre siempre, hay que seguir adelante, hay que sonreir y disfrutar del día a día, ya sean días buenos o no tan buenos.
Cada día está lleno de obstáculos y hay que saber superarlos, cada persona con su tiempo y esfuerzo, pero siempre dar un paso hacia delante.
En esta sociedad vamos corriendo a todos los lados, que en más de una ocasión ni siquiera sabemos a donde vamos... salen problemas y disgutos por todos lados, estamos estresados, decepcionados... pero estar tristes no va a arreglar nada, si no todo lo contrario, asi que... parate, disfruta del día, sonríe (pero sonríe para ti mismo, no para los demás) y baila si es necesario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario